Mediante el rediseño de la parte delantera del coche e incorporando unos sensores, el capó del automóvil se eleva cuando los sensores detectan un obstáculo al circular el coche a una velocidad de 40 Km/h o inferior.
De este modo el capó absorbe gran parte del impacto que el peatón sufriría al ser atropellado.
Proyecto realizado en la Universidad Politécnica de valencia en colaboración con Raúl Espada.
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